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jueves, 27 de diciembre de 2018

¡El límite lo pones tú!

Era 31 de Agosto del 2015 cuando estando en Santiago - Chile, escribí acerca de la difícil decisión entre rendirse o renacer (Capítulo ¡Seguimos en Batalla!), sin duda alguna un dilema por el que en algún momento de nuestras vidas debemos pasar, sea el contexto que sea.


Estaba en la Fundación Arturo Lopez con un equipo médico dispuesto a darme mayores respuestas para enfrentar lo que en ese entonces era una señal de la presencia del tumor maligno de glándula endocrina no especificada. Los pasos a seguir estaban claros y la decisión había sido tomada: decidí renacer.


Seguí las indicaciones dadas por el médico, alistamos las maletas y tomamos el avión de vuelta a Lima , mi madre y yo estábamos seguros que esta vez mi vida seguiría un rumbo diferente. No solo los acontecimientos médicos me lo exigían, sino a nivel personal y profesional me lo había propuesto: era etapa de cambio.


A mi llegada a Lima, el 03 de Setiembre de 2015, iniciamos de inmediato todas las gestiones necesarias para poder atacar al inquilino o por lo menos evitar que este pueda seguir haciéndome daño, pero no contábamos con que este inquilino, también se íba a manifestar y de una manera casi destructiva.


Fue un día después, 4 de Setiembre, que el inquilino atacó por última vez. Fue tan severo que se encendieron las alarmas con el equipo médico de oncología quienes tuvieron hasta 3 reuniones médicas para decidir si me operaban del hígado para explorar al inquilino o atacaban con tratamientos invasivos par evitar que este se propague a otros órganos.


Finalmente, optaron por lo segundo y fue ahí donde mi oncólogo me dijo con firmeza y tranquilidad: "Desde este momento en adelante, mucho depende de ti para que logres tener la mejor calidad de vida, pues ha llegado el momento en que afrontes esta realidad: Si te rindes enfrentarás un cáncer temible, si pones de tu parte, lograrás controlarlo".


Y así fue, a pesar de las vivencias personales que vivía en ese tiempo, decidí llenarme de fuerza nuevamente y aceptar los tratamientos invasivos que duraron 6 meses, con inyectables intramusculares 3 veces al día en cada brazo y una vacuna al cierre de cada mes. Ya casi no soportaba, tenía los brazos y piernas hinchadas, la piel dura, cada vez era más complicado que ingresen las agujas con facilidad pues la piel se había puesto muy dura. Era doloroso, inquietante, pero debía seguir adelante, pues no había vuelta atrás, era el inquilino o yo.


Pasó el tiempo y en Febrero de 2016 tuvimos que viajar nuevamente a Chile, a la Fundación en Santiago para ver los avances del tratamiento recibido en Perú... y sabes?.. todavía recuerdo al doctor y su cara de impresión al verme con otro semblante, otro color de piel (rosado), con mucho peso recuperado y lo primero que me dijo fue: "Solo con verte puedo asumir que estas muy bien" y así fue.


Luego de varios exámenes y toma de imágenes , esa "luz" que se veía en el hígado (tumor aparente) simplemente ya no aparecía más. Fue en ese momento que el doctor me dijo "¿Qué más puedo hacer por ti? creo que ya no sería necesario que regreses hasta que nos necesites", me quede callado, sonreí y miré a mi mamá con una sonrisa de paz y tranquilidad: Su labor estába cumplida. Luego de tantos años de peleas, luchas y búsqueda de respuestas, por fin escuchábamos lo que esperábamos: Todo está bajo control Daniel, muy bien!.

Han pasado 3 años, 3 meses y 23 días desde la última vez que me senté a escribir por última vez. Han sido 1212 días de absoluto silencio porque así como en la metáfora del águila, ésta optó por volar a lo más alto de una montaña agotando sus últimos esfuerzos para acobijarse en una cueva y renovarse ; decidí hacer lo mismo, opté por mantenerme en silencio este tiempo para poder tomar fuerzas, enrumbar mi vida y poder seguir adelante hacia un nuevo capítulo, cuando me sienta preparado.

Han pasado muchas cosas que tengo que contarte desde el último post de Agosto del 2015:
  • No solo mi vida tomó un giro por completo en la salud, manteniéndome estable. También logré conocer a mi compañera de batallas, una guerrera que estuvo conmigo en el momento cumbre de mi vida mientras estaba en Chile y que hasta el día de hoy no ha dejado de ser mi soporte, mi compañera y mi fuerza, cerrando el año 2016 comprometido a estar con ella todos los días de mi vida, hasta que Dios lo permita.
  • "Otra vida es posible y del cáncer se aprender a Vivir"- fue una frase de un gran amigo mío que vivía en España, alguien a quien nunca conocí físicamente pero con quien logramos tener una red de contactos de pacientes NET (Neuroendocrine Tumors) lo llamé "El Guerrero Legendario" e hice mención de él en uno de mis post anteriores cuando estuve en Suecia y logré recorrer los mismos pasillos que el había recorrido. Su sueño siempre fue poder conocernos en persona y poder compartir con otros pacientes NET las vivencias de vida y las oportunidades que tenemos como Guerreros. Me alegró mucho que parte de ese proyecto se pueda hacer realidad, pues logró poder ver como éste se concretaba. Sin embargo, le tocó partir ese mismo año 2016, no sin antes dejar ese legado de personas unidas, sus amigos los guerreros, con quienes hoy sigo en contacto y nos mantenemos comunicados ayudando a otros pacientes NET en países como Suecia, España, México, Chile, Estados Unidos y Perú.
Si te sorprendes al saber que luego de 10 años de lucha incansable me encuentro estable, déjame contarte algo muy peculiar que me sucedió en el 2017, cuando tuve que enfrentar una nueva batalla, pero esta vez, no fue el inquilino:

Como paciente NET, estuve muy expuesto a radiación constante durante esos 10 años de lucha, no solo por los tratamientos, sino por todas las evaluaciones con radiofármacos a la que fui sometido en Perú, Suecia y Chile, lo cual simplemente imposibilitó que pueda formar una familia.... sí, una familia.

En uno de mis controles le pregunté a mi doctor si al encontrarme estable era posible poder tener hijos sin que estos salgan con algún problema congénito similar al mío o si mi condición lo permitía. Recuerdo que el doctor me miró directo a los ojos y me dijo: "Has enfrentado muchas batallas, dime qué no has logrado?"- solo reí a lo que acotó - "Sería recomendable hacerte unas pruebas especiales para ver si todo está en orden".

Me hice las pruebas requeridas, y simplemente, cuando me dieron la lectura de resultados, caí en llanto.

Las posibilidades de ser padre, estadísticamente no llegaban ni al 0.1%, y es que lamentablemente 10 años de radiación expuesta fueron fulminantes con mi organismo que hacía inviable la posibilidad de generar vida. Te imaginas? recuerdo haber llegado a mi casa, con los papeles en mano que marcaban los valores en rojo, sentarme al borde de mi cama y ponerme a llorar desconsoladamente, simplemente me preguntaba una y otra vez: "¿Por qué otra vez a mi?"

Con ello comprendí que cada uno de nosotros tiene una batalla particular, y que tu presencia aquí, en esta vida o en esta etapa es para enfrentar para todo aquello que te encuentras preparado, pues tienes esa fuerza oculta que te permitirá salir adelante en el momento que más lo requieras.

Por una parte, había dormido al inquilino, había logrado estabilizarlo luego de tantos años, pues mi organismo estaba casi limpio, pero por otra parte, sabía que no podría tener una vida normal, ni formar una familia donde pueda sentarme a contarle a mis hijos y mis nietos la historia de mi vida, esta misma historia que te cuento ahora en distintos capítulos de este blog.

Pero sabes? decidí ser feliz con lo que tenía, decidí enfrentar mis temores, miedos y espacios de soledad con lo que me había tocado vivir. Tuve la grandeza de conocer a mi guerrera, aquella mujer que se mantiene a mi lado; tuve la oportunidad de casarme con quien hoy es mi esposa y poder enfrentar duras batallas juntos. Tuve la dicha de poder sentirme orgulloso de cada una de las cicatrices en mi torso y abdomen, pues eran las marcas de mis batallas. Tuve la osadía de compartir mi experiencia de vida con mucho más personas que lo necesiten y poder contarla como si estuviésemos sentados en una banca mientras leen esto.

Con todo esto aprendí que mientras le encuentres un sentido a tu vida, eres capaz de enfrentar cualquier obstáculo que se te presente. No hay límites para lograr lo que te propones, el único límite es el que te pones tú, así que debes encontrarle un propósito a tu día a día y luchar por ello.

No siempre lo mejor es ganar una batalla, por el contrario, la mejor experiencia es aquella que puedes compartir para guiar a otros ganar las suyas.

Si tienes un objetivo claro, haz todo lo posible por conseguirlo y aprende de ello para luego compartirlo y ayudar a otros.

El mejor legado que puedas dejar en este mundo, son aquellas vivencias y experiencias que te tocaron vivir para aprender de ellas y enseñar lo mejor a otros. Recuerda que siempre hay alguien que necesita de ti, como tú en algún momento necesitaste de alguien.

Con el tiempo pensé que mi destino estuvo enfocado a compartir mi experiencia de vida con otros guerreros en el mundo que pasen problemas similares. Con el tiempo también conocí a muchas personas, incluyendo de mi entorno cercano, que les tocó vivir las batallas que a mi me tocaron vivir pero con distintos desenlaces.

A veces cuando menos te lo esperas puede llegar aquello que con tantas ansias buscabas, como me pasó a mi. Recuerdas? estuve tantos años buscando respuestas a mi enfermedad, tantas experiencias vividas, viajes, visitas a doctores, etc y por fin en el momento menos esperado logré tener estabilidad.

De la misma manera, en el momento menos esperado recibí la noticia de que un milagro de vida estaría próximo a ser parte de mi vida..... Si, esa noticia.... aquella por la que lloré tantas noches, por la que me sentí derrumbado, por la que me cuestionaba nuevamente: ¿Por qué a mi?

Y llegó ese día, mi esposa me dijo que tendríamos un bebe. Simplemente, no lo creí.

Hoy estamos finalizando el 2018, y tengo a una hermosa hija, mi pequeña guerrera, que ya tiene un año de vida y que es la luz que guía mi camino, la tranquilidad de mi alma, la fuerza que impulsa mi vida y que me motiva a seguir luchando para mantenerme estable.

Hoy sigo recibiendo mis tratamientos y hace 2 meses recibí la noticia de que me irián bajando paulatinamente mis dósis mensuales de vacunas (Octreotide) hasta que posiblemente en algún momento pueda no necesitarlas. Te imaginas?

No tengo claro si algún día quizás esto acabe, pero lo que sí es cierto es que hoy vivo mi vida intensamente, y no solo para mi familia (esposa e hija) y mis familiares, sino también para seguir transmitiendo todo aquello por lo que tuve que pasar y seguiré pasando en lo sucesivo.

No todas las historias terminan como uno quiere, pues en el camino en estos 3 años 3 meses y 23 días de silencio, me tocó despedirme de muchos amigos con quienes compartí parte de mi enfermedad y me dieron el aliento y empuje necesarios para seguir adelante, ese aliento que me lo dejaron como sello para continuar luchando también por ellos.   

No todas las historias tienen el mismo contenido, pues conocí a nuevos guerreros que hoy enfrentan sus batallas con mucha fuerza y voluntad y con quienes he logrado compartir mi historia de vida para que sepan que no están solos, que estamos con ellos y que su lucha es nuestra lucha.

Como dije en una publicación anterior: Las personas somos maestros  y aprendices en la vida. Sé un maestro cuando ganes tu batallas y ten la humildad de ser un aprendiz cuando te toque enfrentarlas, pues si te caes, te podrás levantar y si te das una oportunidad más , lo lograrás!. 

No estoy seguro de lo que me toque próximamente, pero de lo que sí estoy convencido es de que otra vida es posible y del cáncer se aprende a vivir!!

El límite lo pones tú, seguimos en Batalla!



 "Sea cual sea el camino que tomes recuerda que no hay limites para lograr lo que te propones, haz de tu camino tu destino, No te detengas! El limite lo pones tu!




La vida es larga, el tiempo es corto. ¡A vivirlo!
Con Cariño

El Valiente Guerrero

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Dedicado a todos los guerreros en especial a Carlos y Lucy, mis grandes amigos que partieron y nos dejan ese regalo de enseñanzas. Y para todos aquellos que hoy siguen luchando incansablemente (algunos de ellos Adriana, Maggie, Micaela, Óscar, Silvia, Octavio, Catherine, Turulú etc). 

No estás solo, estamos juntos y juntos saldremos adelante.

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Gracias a mi familia y quienes difunden mensajes de aliento y esperanza
Finalmente, gracias a tí, por leer esto, compartirlo y vivirlo.